El Perú posee una cartera de proyectos cupríferos valorada en US$ 40 mil millones, lo que representa el 75% del total de inversiones mineras del país, que ascienden a US$ 54 mil millones, según detalló Carlos Homar Lozano, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP). Además, señaló que la cartera de proyectos de exploración suma aproximadamente US$ 400 millones.
Pese a este potencial, el país enfrenta el reto de mantener su competitividad en la producción de cobre, ya que este año la República del Congo superaría al Perú, desplazándolo al tercer lugar como productor global del metal rojo. «Ser el mejor en el mundo siempre cuesta y tenemos el potencial, pero vemos un ligero decrecimiento en metales estratégicos como el cobre y el oro debido a la disminución de leyes en algunas de las minas más importantes», advirtió Lozano.
Para evitar que la producción cuprífera peruana caiga, el director del IIMP hizo un llamado a agilizar los proyectos mineros, especialmente en cobre. «Debemos darle celeridad a nuevas inversiones y alentar ampliaciones como Toromocho y Chalcobamba, así como el desarrollo de proyectos nuevos como Zafranal y Tía María, que ya está a la vuelta de la esquina», afirmó.
Asimismo, Lozano destacó la importancia de la minería en la transición energética, señalando que un vehículo eléctrico requiere tres veces más cobre que uno convencional, lo que incrementa la demanda del metal. Además, instó a los inversionistas a seguir apostando por el Perú, pese a la burocracia que retrasa la puesta en marcha de los proyectos.
Por último, desestimó la idea de que la minería perjudique la agricultura y la agroexportación, asegurando que ambas actividades han crecido en paralelo en los últimos años. «En los últimos 10 años hemos duplicado nuestra producción de cobre sin afectar la agricultura. Es un mito vincular el crecimiento minero con el deterioro del sector agrícola», concluyó.