El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) reafirmó su compromiso con el impulso de inversiones sostenibles en hidrocarburos, destacando la necesidad de cumplir rigurosamente las normas ambientales y mantener un adecuado relacionamiento con las comunidades locales. Esta visión busca garantizar una interrelación equilibrada entre los aspectos económicos, sociales y ambientales en el desarrollo energético del país.
Durante el conversatorio “Compatibilidad Ambiental para el desarrollo de las actividades de hidrocarburos: del sector público y privado para la conservación de las áreas naturales protegidas”, la viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas, subrayó que las iniciativas privadas, como el proyecto Camisea, han sido claves para demostrar que es posible llevar a cabo actividades extractivas cerca de reservas indígenas y áreas protegidas, sin poner en riesgo su integridad.
Cárdenas remarcó que “Camisea contribuyó para perfeccionar el marco legislativo ambiental, desarrollando técnicas que permiten la actividad de hidrocarburos de manera sostenible”, citando prácticas como la reinyección de aguas de producción, cortes de perforación, monitoreo comunal y planes de contingencia antropológicos como ejemplos concretos de buenas prácticas.
Asimismo, enfatizó que la responsabilidad social y empresarial implica que todas las partes cumplan sus compromisos: “Si cumplimos las normas, no afectamos el agua, el aire ni los suelos, y para eso se debe emplear tecnología de punta”, explicó. Añadió que el desarrollo del gas natural en regiones como la cuenca de Madre de Dios representa una gran oportunidad para fortalecer la seguridad energética del Perú.
Según datos proporcionados por la viceministra, el 75% de la energía que se consume en el país proviene de los hidrocarburos, con una producción diaria nacional de 33 mil barriles de petróleo y una reserva estimada en 43 trillones de pies cúbicos de gas natural.
Cárdenas destacó también que el Perú cuenta con un enorme potencial hidrocarburífero que debe ser aprovechado de forma responsable, asegurando beneficios tangibles para la población. “Una empresa que viene a invertir debe recuperar su inversión, pero también contribuir al desarrollo del país, proteger el ambiente y relacionarse adecuadamente con las comunidades”, concluyó.