El litio se ha convertido en un recurso estratégico en la transición hacia una matriz energética más sostenible, y Brasil y Perú están en el centro de este cambio. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, Brasil figura entre los 10 países con mayor producción de litio en el mundo, pero sus reservas aún son superadas por Chile y Argentina en la región. Por otro lado, Perú se muestra como un país con potencial, aunque aún en etapa de exploración del mineral.
En el caso de Brasil, el litio estuvo por mucho tiempo bajo el monopolio estatal, pero recientemente, regulaciones como la Ley N° 14.514/2022 y el Decreto 11.120/2022 relajaron este monopolio estatal, abriendo oportunidades para inversionistas privados. Empresas como Companhia Brasileira de Litio (CBL) y AMG Brasil, antes las únicas autorizadas para explorar, ahora comparten el espacio con otras compañías con proyectos mineros en curso en la región de Vale do Jequitinhonha, en Minas Gerais.
Además, la Resolución nº 122/2022 establece sanciones para las infracciones relacionadas con la explotación de minerales, incluyendo el litio, que van desde multas hasta la extinción del derecho minero en casos de daños al medio ambiente o a poblaciones.
En cuanto a Perú, el país aún no ha desarrollado un marco regulatorio específico para la explotación y comercialización del litio, aunque el Congreso aprobó la Ley 31283 en 2021, que declaró de necesidad pública, interés nacional y recurso estratégico la exploración, explotación e industrialización de este mineral. Recientemente, se conformó un grupo de trabajo para proponer medidas de competencia del sector energía y minas y reglamentar dicha ley.
El desafío para Perú es comenzar a desarrollar proyectos de litio antes de que las inversiones se dirijan a otros países. Aunque existe una falta de experiencia y tecnología en la exploración y explotación del litio, se vislumbran oportunidades para promover mayores exploraciones y atraer inversiones mediante políticas claras y beneficios tributarios temporales.
Ambos países se encuentran en un momento crucial para su industria minera del litio. Brasil ya ha dado pasos para abrirse a la inversión privada, mientras que Perú debe definir políticas y normas claras para atraer inversiones y consolidar su industria. En un mundo que busca alternativas sostenibles, la explotación del litio se presenta como una oportunidad para el crecimiento económico y el desarrollo de nuevas tecnologías en la región.