El Congreso de Estados Unidos enfrenta decisiones cruciales en torno a la industria del uranio, con enfoque en la Ley de Seguridad del Combustible Nuclear (NFSA) y una posible prohibición de importaciones de uranio ruso.
La propuesta de la NFSA busca destinar alrededor de 2.000 millones de dólares para revitalizar los sectores nacionales de uranio y combustible nuclear. Este compromiso ha impulsado los precios del uranio, registrando un aumento del 71% interanual hasta alcanzar los 82,30 dólares por libra de óxido de uranio.
Sin embargo, Rusia podría adelantarse y cerrar las exportaciones de uranio a Estados Unidos en respuesta a la NFSA, que planea prohibir las importaciones a partir de 2028. Estados Unidos, que depende en un 40% de su combustible nuclear de importaciones, busca reducir esta dependencia.
La posible medida de Rusia ha generado especulaciones sobre un aumento inmediato de los precios del uranio. David Talbot, analista de uranio de Red Cloud Securities, advierte que la escasez en el mercado y la eliminación gradual del exceso de inventario podrían contribuir a un rápido aumento de precios.
En un contexto de aumento de los precios del uranio, Estados Unidos y Rusia se apresuran a tomar decisiones que podrían impactar significativamente en la oferta y la demanda del metal energético. Además de la NFSA, el Congreso discutirá la Ley de Prohibición de Importaciones de Uranio Ruso, que busca detener las importaciones en un plazo de 90 días.
La sucursal estadounidense de Tenex, una empresa estatal rusa de uranio, ha advertido a empresas de electricidad estadounidenses sobre la posibilidad de que Rusia detenga las exportaciones de uranio. Esta medida afectaría la oferta de uranio y podría generar una mayor volatilidad en los precios del mercado.
Con la votación inminente de la NFSA, respaldada por un apoyo bipartidista, se espera una rápida aprobación. La legislación, apoyada por el grupo de presión Uranium Producers of America, tiene el potencial de desencadenar una inversión nacional significativa.
La anticipación de la prohibición de importación rusa ya ha afectado el mercado del uranio, generando especulaciones y aumentos de precios. Estados Unidos podría enfrentar desafíos en la oferta, buscando rutas alternativas de suministro, pero con costos más altos y capacidad limitada.
