Pese a la drástica contracción que sufrió la economía mundial debido a una pandemia que nadie esperaba ni imaginaba, el sector minero en el Perú pudo superar la crisis bastante bien; inclusive, fue el motor que impulsó hacia adelante al país mientras se planeaba una reactivación económica por tramos. Han pasado casi tres años desde que inició la pandemia, y el panorama para la minería en todo el mundo es alentador, así como también lo son las proyecciones a futuro.
Así pues, se prevé que la demanda del cobre será positivamente abrumadora en la próxima década a nivel mundial, por lo que su producción podría llegar a duplicarse de 25 a más de 50 millones de toneladas para el 2035. El Perú es un país de una antigua tradición minera innegable, lo cual nos ha llevado a ser los segundos productores más grandes de cobre a nivel mundial. En este sentido, durante el primer semestre del año, las transferencias de recursos económicos a las regiones generados por la actividad minera sumaron más de S/ 10 000 millones, una cifra récord en comparación con los montos registrados en los últimos diez años y que supera ampliamente las cifras del 2021.
No obstante, hace unos días once comunidades de la provincia de Espinar, en Cusco, han bloqueado el Corredor Minero como protesta frente a la incapacidad del Gobierno en el manejo de la consulta previa sobre la ampliación de la minera Antapaccay. Asimismo, aunque por el momento todo sea calma en Las Bambas, nada es seguro, pues su historial conflictivo ha sido constante. Es claro que nos encontramos frente a un Gobierno inoperante y carente de liderazgo para manejar los recurrentes conflictos sociales que se presentan en el país, los cuales perjudican enormemente al sector minero y dañan la imagen del país a nivel internacional.
La minería aporta más del 11 % del PBI y se constituye como una de las actividades económicas que más impulsa el crecimiento y desarrollo económico del país; por lo tanto, es imprescindible contar con un Gobierno que brinde las condiciones necesarias para la inversión privada y que asegure la estabilidad política y social del país, pues contamos con el potencial geológico necesario para seguir creciendo en este sector.
Por otro lado, el Ejecutivo anunció la aprobación del proyecto para la creación del Fondo de Estabilización del canon, sobrecanon y regalías de los sectores minero, energético, de petróleo y gas, el cual tiene por finalidad mitigar la volatilidad de las transferencias de recursos, así como fortalecer la predictibilidad de su programación. Para ello, se ha dispuesto que dichos recursos sean asignados el primer mes de cada año, con el objetivo de acelerar la ejecución de obras en las regiones que perciben estos montos por concepto de canon, sobrecanon, regalías mineras, entre otros.
Adicional a ello, el Ministerio de Energía y Minas ha desarrollado la “Agenda de la transición energética sostenible”, mediante la cual se ha dispuesto promover e impulsar proyectos con energías renovables. En tanto, Quellaveco, de Anglo American, es el primer proyecto de gran minería en el Perú en iniciar la transformación de su matriz energética; asimismo, Cerro Verde, la segunda productora más grande de cobre en el Perú y que es operada por la trasnacional Freeport-McMoRan, está ejecutando un plan orientado a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 15 % para 2030.
Por su parte, PERUMIN 35 también está comprometido con el cuidado del medioambiente, por lo cual, será el primer evento minero con huella de carbono cero en Latinoamérica. Asimismo, durante su desarrollo se presentará una agenda sobre asuntos de energía y nuevas formas de suministro eléctrico a partir de fuentes renovables y ecológicas.