Roque Benavides Ganoza, presidente del directorio de la Compañía de Minas Buenaventura, subrayó que el Perú pierde oportunidades significativas de desarrollo debido a la oposición a la exploración minera. Afirmó que, si bien el país es uno de los principales productores de metales a nivel mundial, la falta de nuevos yacimientos limita el crecimiento potencial de la industria y, con ello, la posibilidad de reducir la pobreza.
Benavides resaltó la importancia de impulsar los 48 proyectos mineros valorados en 57 mil millones de dólares que existen en el país, donde más del 70% corresponde al cobre y se ubican en regiones con altos índices de pobreza, como Apurímac, Moquegua, Cajamarca y Arequipa. Asimismo, mencionó que el Perú alberga algunas de las principales empresas productoras de cobre a nivel mundial, tales como MMG, Freeport, Glencore, BHP y Grupo México. A su juicio, el país debería priorizar la implementación de al menos diez nuevos proyectos mineros en beneficio de la economía nacional.
El ingeniero también advirtió sobre el déficit de cobre que se espera para 2030, estimado en un 20% de la oferta global, debido al auge de los autos eléctricos y las energías renovables. Considera que el Perú, con sus abundantes proyectos de cobre, está en una posición ideal para atender esa demanda, lo que contribuiría al desarrollo y descentralización del país. Además, destacó que, en 2023, la producción nacional de cobre creció un 12.7%, manteniendo al Perú como el segundo productor mundial de este metal.
Más allá de la producción, Benavides resaltó el impacto social de la minería en el Perú, que genera aproximadamente 250 mil empleos directos en zonas aisladas y cerca de dos millones de empleos indirectos, según el Instituto Peruano de Economía (IPE). En términos económicos, el sector representa más del 16% de la inversión privada y cerca del 20% de los tributos empresariales en el país. Además, la industria es el mayor consumidor de energía eléctrica, lo que contribuye a la reducción de costos energéticos a nivel nacional.
Finalmente, Benavides enfatizó la necesidad de modernizar las instituciones y regulaciones peruanas para hacer más competitiva la actividad minera. Abogó por una simplificación administrativa que permita acelerar la ejecución de proyectos y las actividades de exploración, lo que contribuiría a explotar el potencial geológico excepcional del país en beneficio de su economía y de la reducción de la pobreza.