En un nuevo capítulo de la turbulenta adquisición de Sierra Metals Inc. por parte de la minera peruana Alpayana S.A.C., la empresa canadiense respondió con firmeza a las recientes acusaciones de su futuro accionista mayoritario, calificándolas de “falsas” y “sin fundamento”. La disputa gira en torno a los pagos por cambio de control a la alta gerencia de Sierra Metals, los cuales fueron cuestionados públicamente por Alpayana el pasado 18 de julio.
Sierra Metals subrayó que los beneficios entregados a sus ejecutivos fueron plenamente divulgados desde el inicio del proceso y que se ajustan a las prácticas estándar del mercado canadiense para empresas cotizadas. Estos términos fueron detallados en la circular de directorio del 13 de enero de 2025 y en la documentación confidencial compartida con Alpayana en abril, como parte del proceso de due diligence.
Según explicó la compañía, los acuerdos de separación no podían modificarse de manera unilateral, ya que forman parte de contratos laborales vigentes. Su propósito fue garantizar la estabilidad de la gestión durante los siete meses que duró la oferta pública hostil de Alpayana, iniciada en diciembre de 2024 con una propuesta de CAD $0,85 por acción —oferta que la junta directiva consideró “inadecuada”— y que solo fue mejorada a CAD $1,15 por acción en mayo.
Además, Sierra Metals reveló que durante las negociaciones de abril, Alpayana solicitó eliminar los beneficios por cambio de control en los contratos de ciertos ejecutivos, solicitud que fue rechazada por la junta por ser legalmente inaplicable y éticamente cuestionable. Tras esta negativa, Alpayana optó por reanudar su estrategia adversarial, prolongando el proceso y desviando recursos críticos de la operación minera.
En respuesta a las afirmaciones de que los pagos fueron excesivos o irregulares, Sierra Metals aclaró que las cláusulas de compensación también se activan si el ejecutivo renuncia por causa justificada, y no solo en casos de despido, desmintiendo así que se haya eliminado la condición de “doble gatillo”.
“La intención fue asegurar una transición ordenada hacia el nuevo controlador”, afirmó la empresa. “Lamentamos que Alpayana haya optado por emitir un comunicado con afirmaciones engañosas, cuando el proceso de adquisición ya está prácticamente cerrado. Esto no solo ha generado incertidumbre interna, sino que va en contra de las prácticas del mercado canadiense”, concluyó Sierra Metals en su pronunciamiento oficial.