El precio del cobre registró un leve avance el viernes, subiendo un 0,2% a 8,817.5 dólares la tonelada en la Bolsa de Metales de Londres (LME), impulsado por las promesas de China de fortalecer su debilitada economía. Sin embargo, el mercado sigue bajo presión debido a la incertidumbre por los posibles aranceles que Estados Unidos podría imponer al mayor consumidor mundial del metal rojo.
El anuncio de Pekín de incrementar significativamente la financiación con bonos del Tesoro a ultralargo plazo en 2025, orientados a fomentar la inversión empresarial y el consumo, ha dado un respiro al mercado. No obstante, según Ole Hansen, analista de Saxo Bank en Copenhague, los inversionistas siguen atentos al impacto de los aranceles y a la efectividad del estímulo chino.
El panorama global permanece incierto, especialmente tras la advertencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la imposición de aranceles del 10% a las importaciones globales y del 60% a productos chinos. Estas amenazas, sumadas a la percepción de insuficiencia en los estímulos de China, han generado una caída del 13% en el precio del cobre desde su máximo de 10,158 dólares a finales de septiembre.
El fortalecimiento del dólar ha añadido presión a los metales industriales, alcanzando un máximo de dos años el jueves gracias a las expectativas de una desaceleración en la reducción de tasas de interés en Estados Unidos. Aunque la divisa estadounidense retrocedió ligeramente el viernes, se perfila para cerrar su mejor semana en más de un mes, encareciendo las materias primas cotizadas en dólares para los compradores con otras monedas.
Mientras tanto, otros metales básicos mostraron resultados mixtos. El estaño subió marginalmente un 0,1% a 28,590 dólares la tonelada, mientras que el aluminio, el níquel, el zinc y el plomo registraron pérdidas del 0,9%, 0,6%, 1,4% y 0,6%, respectivamente.
El cobre se mantiene por encima de su mínimo de cinco meses de 8,757 dólares, tocado el martes, pero el escenario sigue siendo volátil. La atención está puesta en cómo se desarrollará el enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos, y en el nivel de apoyo económico que Pekín pueda materializar para contrarrestar las tensiones globales.