Buenaventura, el principal productor de metales preciosos en Perú que cotiza en bolsa, ha anunciado la suspensión de las operaciones en su mina de zinc, plomo y plata, conocida como Tajo Norte de Colquijirca, durante un período de hasta tres años debido a retrasos en la obtención de permisos.
La empresa ha estado esperando la aprobación de un estudio de impacto ambiental modificado para la planta de procesamiento de la mina desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, esta espera se ha prolongado debido a una serie de desafíos, incluyendo cambios regulatorios, según ha declarado la minera.
Buenaventura tenía planes de expandir la capacidad de procesamiento de la mina Colquijirca a 25,000 toneladas por día. Esta mina está ubicada en la provincia de Pasco, en el centro del país.
La operación en Colquijirca se compone de dos yacimientos: la mina subterránea Marcapunta y el tajo Tajo Norte.
La empresa ha comunicado que continuará sus operaciones mineras regulares en la mina subterránea Marcapunta, donde tiene planes de aumentar la producción de 10,000 toneladas por día a 12,000 toneladas por día en los próximos dos o tres años.
Además, ha enfatizado su compromiso en mejorar la eficiencia operativa para mantener su competitividad mientras las actividades mineras en Tajo Norte estén suspendidas.
Problemas Burocráticos
En el contexto de la industria minera en Perú, los desafíos burocráticos se han convertido en una preocupación significativa en 2023. Si bien la agitación política y la oposición comunitaria representaron los principales obstáculos para las empresas mineras el año pasado, la burocracia ha emergido como un problema predominante para el sector.
Este asunto no solo afecta al segundo productor mundial de cobre, sino que también pone en juego una cartera de proyectos valorada en 2.53 millones de dólares, los cuales tienen el potencial de impulsar la economía del país.
El gobierno peruano ha estado trabajando para acelerar el proceso de obtención de permisos mineros en los últimos meses. En agosto, el ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, se reunió con líderes de la industria para buscar soluciones que desbloqueen proyectos mineros y agilicen los procedimientos de permisos.
Esta no es la primera vez que Buenaventura enfrenta retrasos en Perú. La compañía ha estado trabajando en el depósito de oro y plata de San Gabriel desde la década de 1990. Está previsto que el proyecto, valorado en 500 millones de dólares, entre en producción a finales de 2024 o principios de 2025. Sin embargo, con procesos de permisos más eficientes, podría haber estado operativo hace una década, según declaró el presidente de la empresa, Roque Benavides, el mes pasado.