En medio de la cautela previa a las próximas lecturas de inflación en Estados Unidos, el oro, ese metal precioso que ha cautivado a la humanidad durante milenios, mostró signos de estabilización este miércoles. La debilidad del dólar estadounidense fue uno de los factores clave que contribuyeron a esta estabilidad.
Hoy miércoles por la mañana, el oro al contado experimentó un ligero aumento del 0.1 %, situándose en 1 925.69 dólares la onza. Esta cifra es especialmente relevante si consideramos que el martes, el oro había caído a su nivel más bajo desde el 10 de julio, registrando 1 922 dólares. Por otro lado, los futuros del oro en Estados Unidos se mantuvieron estables, cotizándose en 1 959.80 dólares.
Xiao Fu, analista de Bank of China International, comentó que el lingote se encuentra cotizando en un rango estrecho. Está atrapado entre el apoyo constante de los bancos centrales y la perspectiva de tasas reales más altas, que podrían surgir a medida que la inflación comience a desacelerarse.
El foco principal de los inversores y analistas es la Reserva Federal de Estados Unidos. La gran pregunta es si decidirán implementar otra subida de tasas en septiembre o si optarán por esperar hasta más adelante en el año. Patrick Harker, presidente de la Fed de Filadelfia, sugirió que, a menos que haya un cambio drástico en los datos económicos, es probable que las tasas de interés se mantengan en su nivel actual.
Por otro lado, un informe reciente reveló que el sector del consumo en China experimentó deflación en julio. Esta situación, combinada con una tasa de cambio más fuerte de lo esperado por parte del banco central chino, ha ejercido presión sobre la divisa estadounidense.
El oro, tradicionalmente visto como un refugio seguro frente a los riesgos económicos, también ha recibido apoyo debido a las crecientes preocupaciones sobre la salud de la economía estadounidense. Estas inquietudes se intensificaron después de que la agencia de calificación Moody’s decidiera rebajar la nota de varios bancos en el país.
En cuanto a otros metales preciosos, la plata al contado disminuyó un 0.1 %, cotizándose a 22.73 dólares la onza. El platino y el paladio también experimentaron caídas, registrando 892.84 dólares y 1 212.37 dólares respectivamente.