Shell se encuentra a la espera de la aprobación de sus proyectos para el desarrollo de plantas eólicas marinas por un total de 17 gigavatios.
Recientemente, Eletrobras, empresa brasileña responsable de cerca del 40 % de la distribución y el 30 % de la generación de energía en Brasil, dio a conocer su reciente convenio de cooperación con Shell. Además, también se supo que este es el primer paso en el camino hacia una posible coinversión para la producción de energía eólica marina en el país sudamericano.
El mencionado acuerdo constituye un avance importante para Shell en este sector del mercado brasileño, dado que ya cuenta con diversos proyectos eólicos marinos en este país, los cuales se encuentran pendientes de aprobación por parte de las autoridades ambientales de Brasil.
Asimismo, para Eletrobras, que se constituye como la mayor empresa del sector eléctrico en América Latina, este convenio también representa un nuevo camino hacia el desarrollo de energía renovable; ya que, después de haberse concretado su privatización a principios de este año, la compañía ha mostrado interés por diversificar su estrategia en el sector
«La energía eólica marina ha demostrado ser, en todo el mundo, una fuente en expansión para la generación de energía renovable», manifestó Eletrobras a través de un comunicado oficial.
Por otra parte, la empresa brasileña, cuyo trabajo está enfocado principalmente en plantas de energía hidroeléctrica, ha expresado que los parques eólicos marinos están siendo impulsados recientemente mediante políticas energéticas relacionadas con preocupaciones ambientales.
Así también, es importante señalar que Shell, una de las compañías energéticas y petroquímicas más grandes del mundo, se encuentra a la espera de la aprobación de sus proyectos para el desarrollo de plantas eólicas marinas por un total de 17 gigavatios en seis estados de Brasil. El órgano encargado de dicha aprobación es el Instituto Brasileño del Medioambiente y de los Recursos Naturales Renovales (Ibama), el cual tiene como funciones emitir o rechazar licencias ambientales, así como controlar la calidad del medio ambiente y el uso de los recursos naturales.
